lunes, 5 de mayo de 2008

Informe

El fuego de la lucha

A pocos meses del comienzo de la vigésimo novena edición de los Juegos Olímpicos, que se realizaran en Pekín, el tradicional recorrido de la antorcha se vio alterado por la protesta de activistas de derechos humanos que exigen la liberación del Tibet.


Lejos quedaron las imágenes festivas de los relevos de la llama en ediciones precedentes. Es que es una gran ironía que los “Juegos de la Paz” están siendo organizados por un país que mantiene una ocupación militar en esta región desde hace años.

Desde su encendido en Atenas, el Fuego Olímpico, que históricamente se prende unos meses antes de la celebración de los Juegos y que recorre tierra de los cinco continentes, ha sido el foco principal para repudiar la política china en el Tibet, mostrando el enojo de los manifestantes en la gran mayoría de los países que recorrió.

El Comité Olímpico Internacional otorgó la organización a China para incitar a las autoridades comunistas a mejorar los derechos humanos sin embargo, con esta decisión lo único que lograron fue repetir la historia. Cabe recordar, el uso propagandístico de Berlín 1936, por la Alemania de Hitler y Moscú 1980, que fuera boicoteada por varios países al no estar de acuerdo con el régimen soviético de aquella época.

Años, países organizadores, deportistas, récords, pasaron pero los juegos, que fueron creados como una celebración al deporte, otra vez se ven manchados por la política.

Hoy la comunidad internacional enfrenta nuevamente el dilema de evitar que su “momentum deportivo” sirva como herramienta publicitaria de la dictadura más grande y sangrienta del mundo. Dictadura que comenzó en 1950 con la invasión de China al territorio Tibetano, enviando tropas y venciendo fácilmente al débil ejercito local.

En 1959 el pueblo tibetano se reveló contra China pero en lugar de lograr la liberación lo único que encontraron fue la muerte ya que, el ejército chino doblegó a los revolucionarios dejando centenares de miles de víctimas. Como consecuencia, el decimocuarto Dalai Lama (líder espiritual) y sus principales colaboradores debieron exiliarse en India, desde donde siguieron respaldando acciones contra China.

Durante décadas, el Dalai Lama ha reclamado a China la autonomía del Tibet, pero las negociaciones fracasaron sistemáticamente.
Desde la invasión, su patrimonio cultural ha sido brutalmente modificado. Más de 6.000 monasterios budistas fueron destruidos y varios monjes y monjas de esa religión fueron asesinados o hechos prisioneros.

Este genocidio lleva más de un millón de muertes, con cientos de miles de inocentes torturados actualmente en campos de trabajo forzado e incluso miles que han sido y son asesinados para utilizar sus órganos. Hoy en día por cada diez tibetanos hay un soldado chino.

Mucha gente ignoraba esta situación. Pero los manifestantes aprovecharon la gran notoriedad que China en estos días vive para hacer conocer al mundo esta triste realidad que parece imposible que se viva todavía en el Siglo XXI.

En una publicación India gratuita, el activista Tenzin Tsundue expresó "Esta es una gran oportunidad que se nos presenta para dar a conocer las injusticias que sufren los tibetanos, en especial porque China será el centro de la atención internacional" y varios grupos de derechos humanos aprovecharan esta atención internacional planeando varias formas de expresar su repudio a las políticas chinas que van desde marchas, hasta la idea un boicot a los Juegos.

En agosto de 2006 una coalición internacional de organismos de derechos humanos, compuesta por Olympic Watch, Reporteros Sin Fronteras, International Society for Human Rights, Solidarité Chine y Laogai Research Foudation, emitió una declaración conjunta diciendo, “Desde todos los ángulos, Beijing 2008 parece ser una herramienta del Partido Comunista Chino para la propaganda política hacia dentro y hacia fuera del país, una herramienta de un régimen que es una minoría no elegida que ha resignado sus intentos de ilegitimizar ideológicamente su gobierno sobre el pueblo chino y está buscando desesperadamente otros caminos para la legitimidad política”.

Por otra parte, agrupaciones de tibetanos exiliados como “Estudiantes por la libertad del Tibet” acusan al régimen chino de robar su antílope tibetano para usarlo como uno de los símbolos de las olimpíadas y utilizar los juegos como propaganda para validar la ocupación y encubrir el genocidio de este lugar.

Asimismo, cristianos de todos las designaciones y de todo el mundo se congregan en www.persecucioncristiana.com para alentar al boicot de los juegos olímpicos, a la vez que denuncian que el Partido Comunista Chino “…está persiguiendo ferozmente a todos los cristianos, ya sean Protestantes, Católicos, Ortodoxos...”

Claro está, que gracias a la designación de China como país organizador, muchos conocieron o se interiorizaron más en las violaciones a los derechos humanos que se viven bajo el Partido Comunista Chino.

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